Carlos Alcaraz continúa imparable hacia su tercer Mutua Madrid Open consecutivo. El tercero del ránking mundial se medirá a Rublev en cuartos de final tras cosechar una trabajada victoria sobre Jan-Lennard Struff, finalista el año pasado, por 6-3/6-7/7-6 en 2 horas y 55 minutos.
Struff arrancó muy agresivo. Desde un saque potente y plano, pasaba rápido al ataque y subía con poderío a la red. La jugada sonrió al germano en el tanteo inicial, ya que sumó juegos con cierta solvencia, pero una vez que Alcaraz entró en calor eclipsó el intento de rebelión de Struff.
Alcaraz, poco a poco, tomó el mando del partido y tras desperdiciar cuatro oportunidades previamente rompió el servicio del alemán en el sexto juego. Con 4-2 a favor, el murciano se limitó a conservar su ventaja para apuntarse el parcial por 6-3.
La imagen de Alcaraz durante el descanso entre mangas, tocándose el estómago precisamente después de hacer algún gesto que revelaba molestias, aportó incertidumbre a una tarde en la que el número 3 del mundo tuvo que sobreponerse a las complicaciones, ya que las sensaciones no fueron tan positivas como en los días previos.
El segundo y definitivo set empezó con la mejor noticia posible para Alcaraz. El joven español consiguió el break a la primera y el pase a cuartos de final parecía cuesta a bajo; sin embargo, Struff se aferró a la tierra de Madrid y pasó de acumular errores a castigar con su derecha a Alcaraz.
El tenista local tuvo que volver a trabajar ante un Struff peleón y especialmente inspirado con la derecha. El golpe más poderoso de Alcaraz no terminaba de correr como de costumbre, bien por su maltrecho antebrazo o por la tensión propia del encuentro. El murciano abusó del recurso de las dejadas, lo que denotaba la preocupación del tenista por la lesión que le apartó del Godó y de Montecarlo.
El alemán se creyó sus opciones y llevó el set hasta el tie break. Struff, muy acertado en el resto, extendió su resistencia a un desempate que dominó durante muchos momentos y que le brindó hasta tres bolas de set. A la tercera y a lo grande, con un saque directo, Struff se apuntó el set e igualó el duelo.
El paso de los minutos en la Manolo Santana hacía crecer la expectación. Alcaraz no parecía tan superior como en el primer set y un Struff convencido de sus posibilidades consiguió arrinconar al español y mandar el encuentro al último y definitivo set.
Struff comenzó la tercera manga con la misma decisión y con un palo tras otro. Alcaraz se apoyó en la grada, a la que levantó con un grito tras conseguir un break clave para decidir el problema en el que se había convertido el partido, y se desprendió del miedo y del agarrotamiento que le condenó en el segundo set.
La soltura necesaria para que Alcaraz diera su mejor versión apareció cuando más la necesitaba. El de El Palmar recuperó la sonrisa e incluso se sumó a la ola que levantó a los aficionados. Ajeno a esa inercia parecía Struff, que se mostraba como un robot programado para cumplir una misión muy concreta: arruinar la racha de Alcaraz en Madrid.
El coloso alemán se agrandó aún más ante la posibilidad de que Alcaraz finiquitase sus opciones en Madrid y rompió el servicio del español antes de que éste cerrase el partido. Alcaraz desperdició sus opciones de finiquitar a Struff y tuvo que volver a remar cuando el germano puso el 5-5.
El número 22 del mundo rozó la machada con una bola de rotura que habría sido el 6-5 a su favor y saque, pero Alcaraz sacó la frialdad y el acierto necesarios para voltear la situación. Otro tie break fue necesario para resolver la gran batalla de lo que va de Mutua Madrid Open y ahí Alcaraz no falló.