El Banco Central Europeo decidió subir los tipos por primera vez en once años en julio de 2022. El supervisor ha seguido con su política monetaria restrictiva y ha aumentado los tipos en nueve ocasiones más, hasta situarlos en el 4,25% y en el 3,75%, el tipo de facilidad de depósito. Estos movimientos comienzan ahora, un año después, a notarse en la economía. No obstante, se ha trasladado más rápido a los préstamos que a la remuneración de la liquidez. Los bancos españoles aún cobran un 58% más por las hipotecas que lo que pagan por los depósitos.
A pesar de la gran diferencia, poco a poco estos dos porcentajes se están acercando, ya que el interés medio de las hipotecas se mantiene y el de los depósitos crece mes a mes. Concretamente, según los datos del Banco de España, el interés medio que cobraron los bancos en el mes de julio fue del 3,75%, el mismo que en el mes anterior y más del doble que hace un año, cuando comenzaron a subir los tipos, que se situó en el 1,80%. La subida de los tipos está haciendo que las hipotecas hayan subido su precio. De hecho, el 3,75% de interés medio no se veía desde marzo de 2009, en plena crisis financiera, cuando se situó en el 3,8%.
Hay que tener en cuenta que el BCE busca encarecer el crédito y endurecer las condiciones para que haya menos acceso al dinero y así frenar la subida de la inflación y devolverla al objetivo del 2%. Esa subida de tipos ha premiado, tradicionalmente, a los ahorradores con remuneraciones a su dinero. Sin embargo, parece que la política monetaria más restrictiva todavía no se ha reflejado con totalidad en esa parte, es decir, los depósitos todavía no se remuneran como espera el mercado.
Los datos del Banco de España muestran que el interés medio de los depósitos a 12 meses se situó en el 2,36%. El nivel más alto desde enero de 2013 cuando los bancos remuneraban este producto al 2,43% y el tipo de facilidad de depósito estaba en el 0% (en las reuniones siguientes, el BCE decidió bajarlo a niveles negativos). El porcentaje del 2,36% de julio es mucho más alto que el de un año antes, cuando la remuneración de los depósitos a un año se situó en el 0,04%. No obstante, desde septiembre de 2022, esta remuneración ha ido subiendo, pero no a los niveles esperados.
La última vez que el precio del dinero estuvo en ese nivel fue en julio de 2008, justo antes de estallar la crisis. En ese mes, la remuneración media de los depósitos a plazo estaba en el 4,85%. En ese momento, los bancos españoles pagaban un 30% más por el ahorro.
Esta falta de remuneración hace que los españoles estén retirando su dinero de los depósitos. Estos productos han sido los elegidos, tradicionalmente, para que los ahorradores conservadores sacaran algo de rentabilidad a su dinero en tiempos de tipos altos. En el mes de julio, los hogares tenían un total de 984.800 millones de euros en depósitos, según el Banco de España. Esta cifra supone 12.600 millones de euros menos que en julio del año anterior cuando la cifra ascendía a 997.400 millones de euros y 20.000 millones de euros menos que en el récord de la serie histórica al que se llegó en diciembre de 2022.
Todo apunta a que no se verá esa remuneración, ni la que llegó meses más tarde (en octubre) cuando se tocó el máximo desde que hay registros en el 5,07%. O por lo menos no llegará de parte de los grandes bancos para todos sus clientes. Muchas entidades sí que han confirmado que están remunerando estos productos a ciertos clientes, con más dinero y con más vinculación. Sin embargo, todos descartan hacerlo al público en general.
Los grandes bancos españoles ya han reiterado en numerosas ocasiones que no van a remunerar este producto porque no tienen necesidad de liquidez. Además, Héctor Grisi, consejero delegado de Banco Santander, vinculó un crédito más barato a la no remuneración de los depósitos. Grisi explicó en la presentación de resultados que lo importante es que no suban los costes de financiación porque “afecta a una masa de clientes mucho más amplia que la de depósitos”. También apuntó que los depósitos no se estaban remunerando, pero “los bancos españoles estamos dando hipotecas por debajo de lo que cobran los bancos en otros países”. Es decir, vinculó un crédito más barato a la no remuneración de depósitos.
Los directivos de estos bancos también apuntan a que hay productos que dan más rentabilidad y que son mejores para ahorrar a largo plazo. Los españoles están destinando este dinero a otros productos de inversión, como las Letras del Tesoro, que tienen mucha demanda, o fondos de inversión. Así lo aseguró María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, que señaló que los clientes de la entidad estaban retirando dinero de sus cuentas nóminas para trasladarlo a productos de “valor”.